
Cuando se habla de movilidad inteligente, es común pensar en autos eléctricos o aplicaciones para compartir viajes. Pero hay una parte crítica de las ciudades que también necesita transformarse: la distribución urbana de mercancías.
En América Latina, varias ciudades ya están adoptando soluciones innovadoras para enfrentar los desafíos del reparto de última milla en zonas urbanas congestionadas. Mientras tanto, en México, aún hay camino por recorrer para contar con un modelo integral que permita una logística urbana eficiente, segura y sostenible.
A continuación, repasamos ejemplos de ciudades que están marcando el rumbo de la movilidad inteligente aplicada al transporte de carga.
Buenos Aires: consolidación periurbana para reducir el tráfico pesado
Desde 2016, la capital argentina opera un Centro de Transferencia de Cargas (CTC) ubicado en una zona periférica. Este centro permite concentrar la carga pesada fuera del centro urbano y luego distribuirla en vehículos más pequeños, generando beneficios claros: menos tráfico, mayor eficiencia y menor contaminación en las zonas céntricas.
Este modelo ha logrado reducir la circulación de hasta 4,600 camiones pesados diarios por el centro de la ciudad, y se ha respaldado con incentivos fiscales y normativas que lo hacen viable.
Bogotá: control horario y reservas digitales
En la capital colombiana, se han implementado restricciones horarias y zonales para la operación de vehículos de carga mayores a 3.4 toneladas. Además, se desarrolló una herramienta digital para reservar espacios de carga y descarga, lo que facilita la convivencia logística con el tránsito urbano.
Pilotos como las entregas nocturnas también han demostrado resultados contundentes: reducción del 35 % en costos logísticos y hasta un 42 % menos emisiones de CO₂.
Curitiba: infraestructura para vehículos eléctricos de carga
Curitiba, en Brasil, dio un paso adelante al instalar el primer punto público de recarga rápida exclusivo para vehículos eléctricos de reparto urbano, como furgonetas y camiones ligeros.
La iniciativa, impulsada por la empresa municipal URBS, busca extender la jornada operativa de estos vehículos y facilitar su adopción masiva. Esta infraestructura está pensada para cargas rápidas que no interrumpan la operación logística del día.
São Paulo: medición de emisiones reales y apuesta por transporte limpio
Desde 2024, São Paulo mide las emisiones reales de vehículos pesados en circulación con sensores en vía pública. Los datos recabados ayudan a diseñar políticas más efectivas, como zonas exclusivas para carga cero emisiones o restricciones al uso de diésel en ciertas áreas.
La ciudad también participa en programas internacionales como C40 y Laneshift, que ofrecen apoyo técnico para la transición hacia flotas eléctricas.
¿Y México?
Mientras otras ciudades latinoamericanas ya operan hubs logísticos, implementan restricciones horarias o desarrollan infraestructura para vehículos eléctricos, muchas ciudades mexicanas todavía carecen de marcos normativos claros, plataformas interoperables o políticas de control urbano efectivas.
La movilidad inteligente para carga urbana en México aún es incipiente, pero es el momento ideal para adoptar estas buenas prácticas y adaptarlas al contexto nacional. Apostar por una logística urbana más limpia, planificada y tecnológica será clave para competir en una economía que exige rapidez, eficiencia y responsabilidad ambiental.
¿Qué puede hacer una empresa logística en México?
Desde el sector privado, ya es posible tomar la delantera:
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Implementar entregas nocturnas o por franjas horarias.
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Apostar por vehículos más limpios y silenciosos.
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Aprovechar datos y tecnología para planear rutas inteligentes.
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Participar activamente en mesas de regulación urbana.
La movilidad urbana para carga no solo es un reto: es una oportunidad de transformar la logística urbana en un verdadero motor de desarrollo sostenible.