
La gestión de inventarios es uno de esos temas clave que, si se domina, puede marcar la diferencia entre una operación eficiente y una llena de costos innecesarios. En el mundo logístico, dos enfoques destacan por su relevancia: Just in Time (JIT) y Just in Case (JIC). Ambos tienen ventajas claras, pero también retos que conviene considerar según el tipo de operación y el entorno en el que se mueve tu empresa.
¿Qué es Just in Time y por qué muchas empresas lo prefieren?
El modelo Just in Time busca operar con el menor inventario posible. Es decir, solo se produce o se recibe mercancía cuando realmente se necesita. Esta filosofía apunta directamente a la eficiencia operativa, reducción de desperdicios y ahorro en costos de almacenamiento.
Ventajas de implementar JIT:
- Menores costos de almacenamiento: Al reducir el stock, también se reducen los gastos en espacio, mantenimiento y manejo.
- Procesos más ágiles y eficientes: El flujo se ajusta a la demanda real, evitando acumulaciones innecesarias.
- Detección temprana de errores: Menos inventario significa ciclos más cortos de producción y revisión.
- Mejor liquidez: No se inmoviliza capital en inventario que no se va a mover pronto.
Retos del JIT:
- Dependencia total de proveedores: Si hay retrasos o fallas, toda la operación puede verse comprometida.
- Difícil respuesta ante imprevistos: Aumentos repentinos en la demanda pueden causar rupturas de stock.
- Requiere precisión y coordinación: Es ideal para entornos estables, donde hay buena visibilidad de la demanda.
Just in Case: la estrategia que apuesta por la seguridad
Por otro lado, Just in Case se enfoca en estar preparados. Esta estrategia implica mantener inventarios de respaldo para no detener la operación ante una posible disrupción. Es común en industrias donde los insumos son críticos o los ciclos de entrega son largos e inciertos.
Beneficios del modelo JIC:
- Menor riesgo de desabasto: Tener inventario disponible garantiza continuidad operativa.
- Capacidad de respuesta rápida: Se puede absorber una alta demanda sin contratiempos.
- Mayor resiliencia ante crisis: La empresa está mejor preparada para escenarios inciertos.
Desventajas de JIC:
- Mayor inversión en almacenamiento: Se requiere más espacio, gestión y control.
- Riesgo de obsolescencia: En productos perecederos o tecnológicos, el exceso puede jugar en contra.
- Capital inmovilizado: El dinero que se queda en inventario no puede usarse para otros fines estratégicos.
¿Cómo saber qué estrategia te conviene?
Elegir entre JIT y JIC no es una decisión universal. Todo depende de factores clave como la demanda del mercado, la confiabilidad de tus proveedores, y la naturaleza de tus productos. Aquí te dejamos una tabla comparativa que puede ayudarte a reflexionar:
Factor |
Just in Time (JIT) |
Just in Case (JIC) |
Demanda del mercado |
Estable y predecible |
Volátil o impredecible |
Proveedores |
Alta confiabilidad |
Con riesgo de fallas |
Costos de almacenamiento |
Bajos |
Altos |
Riesgo de desabasto |
Alto ante disrupciones |
Bajo gracias al stock de respaldo |
Tipo de producto |
Alta rotación |
Críticos o reposición lenta |
¿Y si combinas lo mejor de ambos?
Cada vez más empresas están adoptando un enfoque híbrido, utilizando JIT donde se puede y JIC donde se debe. Esta estrategia ofrece flexibilidad y permite reducir riesgos sin perder eficiencia.
Ejemplo práctico:
- Usa JIT para productos de consumo rápido o donde tienes una relación sólida con proveedores.
- Aplica JIC en piezas críticas o materiales con tiempos de entrega largos o poco predecibles.
No hay una fórmula mágica. La clave está en conocer muy bien tu operación, evaluar riesgos y adaptar tu modelo de inventario de forma estratégica. Ya sea que apuestes por JIT, JIC o un enfoque combinado, lo importante es que la gestión logística esté alineada con los objetivos y capacidades reales de tu empresa.
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